A las 4.20am UST del 25 de mayo de 2017, un cohete diminuto salió de la península de Mahia en la isla norte de Nueva Zelanda..

A medida que se aceleraba hacia el cielo, marcó una serie de novedades: el primer lanzamiento desde Nueva Zelanda, el primer lanzamiento del Mini Launcher de la firma estadounidense Rocket Lab y el primer paso en un viaje para que las pequeñas empresas puedan hacer que los satélites sean mucho más fáciles. espacio.

Esto no es competencia para SpaceX. El cohete, llamado 'Es una prueba', tenía solo 17 metros de altura, sustancialmente más corto que el Falcon 9 de SpaceX de 70 metros, o el Saturn V V de 110 metros de la NASA que llevó a los hombres a la Luna. El diseño está hecho completamente de carbono compuesto, viene con un motor parcialmente impreso en 3D y no es reutilizable.

No transportaba carga, pero ahora ha demostrado que es capaz de soportar alrededor de 150 kg en órbita. Eso no es mucho: un satélite de observación de la Tierra o telecomunicaciones de gama alta pesa toneladas. Pero el lanzador de electrones de Rocket Lab es perfecto para compañías que solo necesitan algo simple en órbita.

Compartiendo espacio

Eso significa que puede ser más barato. Un lanzamiento de la NASA puede costar fácilmente más de $ 100 millones, mientras que una elevación a la órbita de Rocket Lab cuesta solo $ 5 millones. Si no te importa compartir el espacio con otros satélites, un cubo pequeño que puede realizar experimentos básicos o tomar fotografías de la Tierra se puede colocar en el espacio por solo $ 77,000.

Además de ser una gran noticia para Rocket Lab, también es una gran noticia para Nueva Zelanda. El país quiere convertirse en un centro espacial de bajo costo y está bien posicionado para colocar satélites en órbitas polares. El lanzamiento de Rocket Lab sufrió por las malas condiciones climáticas, pero demostró que la infraestructura del país puede manejar los lanzamientos comerciales de cohetes.

"Este es el comienzo del programa de pruebas de vuelo.,” El fundador de Rocket Lab y el neozelandés Peter Beck le dijeron a Wired.

“Es el final de cuatro años de I + D y pruebas sobre el terreno. Desde un nivel más personal, es un hito realmente importante para conseguir un vehículo en la plataforma. No mucha gente lo hace.”

Aquí está el cohete en acción:

#ItsaTest pic.twitter.com/KRo1iBB1wKMay 25, 2017

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